martes, 7 de abril de 2009

Por la memoria de Fuentealba y tantos, tristemente, más


¡¡FALTA UN MAESTRO EN LAS ESCUELAS ARGENTINAS!!

Disparan a la cabeza de los que piensan.
Y no hay justicia que calme tanta tristeza.
Disparan a la memoria, a la conciencia,
de los que no se resignan a la miseria.

Que no, que no, que no, que no
Que no me resigno yo.

Eduardo Guajardo

A dos años de su asesinato, que tanto dolor nos produjo. En homenaje al compañero Carlos Fuentealba, asesinado por impulsar la lucha salarial y la defensa de la escuela pública.

NO A LA IMPUNIDAD !!
JUICIO Y CASTIGO A LOS ASESINOS DE AYER Y DE HOY !!
CARCEL COMUN A LOS GENOCIDAS !!

24 meses del asesinato del compañero Carlos Fuentealba, maestro

En Argentina siguen matando trabajadores. Algunos de los nombres de un pasado reciente que recordamos son los de Teresa Rodríguez, Víctor Choque, Graciela Acosta, Pocho Lepratti, Maxi Kosteki, Darío Santillán, pero hubo otros muchos mas.
Hace 24 meses Jorge Sobisch dio una respuesta coherente con su pensar a los maestros neuquinos. Su respuesta a la demanda por mejoras salariales fue la muerte, el fusilamiento de un compañero. Hay una división muy tajante en nuestra sociedad. Por un lado están los que apuestan a la vida: defendiéndola, luchando porque haya, en abundancia y con dignidad, para que todos por el sólo hecho de nacer tengamos asegurado el bienestar. Por otro lado estamos los que se ponen a favor de la cultura de la muerte, quienes de una u otra manera no se interesan por la vida, quienes la atacan y amenazan, a quienes no les importa el bienestar del conjunto ni individual (salvo el de ellos mismos), ni la vida que está a nuestro entorno y en la naturaleza, con toda su belleza y su potencia. Estamos los que militamos el amor, y están los que apuestan al odio.
El salario mínimo vital, o sea, la menor remuneración con la que se asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestimenta, salud, previsión social, transporte y esparcimiento hace mucho tiempo fue dejado en el olvido por nuestros gobernantes.
Hace 24 meses, en Neuquén, fue fusilado Carlos Fuentealba. Por eso exigimos justicia y cárcel común a todos los responsables de tan macabro y terrible hecho.
El matador material de Carlos Fuentealba fue juzgado y está preso, pero sus mentores ideológicos y políticos han sido exculpados por una Justicia servil y decadente, como si nada hubiese pasado. Los Sobisch y compañia -como mimebros del poder que son- gozan de los privilegios de la impunidad.
Hoy, en Argentina, se sigue matando. Matan a los docentes, y a los trabajadores en general, con sueldos de hambre. Matan a los estudiantes, hijos de trabajadores que cobran mucho menos de lo que garantiza la vida. Matan a nuestros chicos y ancianos en situación de riesgo no sólo no dando lo que necesitan, sino también dándoles lo que no necesitan: palos, balas y basura para comer. Matan cuando no proveen un servicio de salud pública de calidad y en cantidad. Matan a nuestros jubilados, a quienes con aumento incluido, después de una vida de haber construido este país, se les dan migajas de jubilación. Matan a nuestros ancestros, los pueblos originarios, al igual que en la conquista del Desierto hoy siguen avasallando sus derechos. A plena luz del día se está matando también a la naturaleza, tan rica y paciente, contaminando a más no poder para sacar los ansiados “recursos” naturales que ninguno de nosotros necesita, desertificando nuestro suelo a fuerza de soja transgénica.
En concreto nos están matando en nombre de vaya a saber uno qué cosa, pero para perpetuar el neoliberalismo. Para tratar de emparchar un sistema totalmente contradictorio. Para salvar el capitalismo, un sistema que funciona a fuerza de maltratarnos y devorarnos.
Los trabajadores docentes seguimos dando una batalla crucial para los tiempos que vienen sean de cambios. Hay luchas en Capital, Buenos Aires Río Negro, y en nuestra provincia aun falta mucho por andar y resolver.

Por eso recordamos a Carlos Fuentealba como a uno de los nuestros y nos sumamos en la lucha por la liberación de la clase trabajadora.
Los sectores del privilegio nos han robado las instituciones; los funcionarios de la muerte nos quieren hacer creer que no son nuestras, como lo demuestran cada vez que pueden. Sepan que las instituciones, las calles, las plazas, las rutas son del pueblo trabajador y no de ningún patrón o empresario; nosotros las construimos y nos pertenecen por derecho y por historia. La unidad, la movilización, el protagonismo, la lucha son nuestras herramientas. No renunciamos a ellas. Con ellas seguimos en el proyecto de construir una sociedad para todas y todos.

¡¡CARLOS FUENTEALBA PRESENTE!!. ¡¡ AHORA Y SIEMPRE!!
EN DEFENSA DE LA ESCUELA PÚBLICA

Justicia para Carlos Fuentealba y demás compañeros caídos en las luchas sociales.

Aparición con vida de Julio López

Desmantelamiento del aparato represivo

Cárcel común para los genocidas de hoy y de ayer

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