miércoles, 3 de septiembre de 2008

Mónica Cabrera: una laburante de los escenarios




El sábado fui a ver el espectáculo de Mónica Cabrera “Limosna de amores”. Cada vez que me encuentro con alguien de ese tenor y talento, no puedo dejar de cuestionar mi propia vocación de actriz. Es que Mónica, abriéndose paso a pura “prepotencia de trabajo”, como decía Arlt, me interpela desde el escenario. ¿Por qué tengo tanta pereza? ¿O es inseguridad? ¿Son mis complejos? ¿El análisis abandonado antes de tiempo?
Lo cierto es que estar frente a una actriz como ella genera en mí una vibración que hace que me gane la emoción. Es que pese a su humor, cada vez que la veo, me emociono hasta las lágrimas (sí, suena cursi…). Pienso ¿cómo puede ser que me detengan las cosas que me detienen? ¿Cómo puede ser que mire boludeces en la tele antes de ir a caminar y ponerme en estado para preparar mi monólogo? ¿Cómo puede ser que piense que sólo ellos, los que voy a ver, pueden hacerlo? Si ya probé que la mejor sensación, luego de algunos momentos íntimos que no viene a cuento detallar, el mejor estado, es el que logro cuando estoy en un escenario…y ni que hablar si los aplausos son muchos y fuertes…eso sí que no se compara con nada…es absolutamente consternador, me convierte en la mujer más feliz del mundo. Así de sencillo…
Y sin embargo me siento detenida, como si la gordura hubiese inmovilizado no sólo la sangre que me recorre, sino mis ganas, mis sueños, mis miles de proyectos.
Pero vuelvo a Mónica, que para ellas son estas palabras. Si lee esto alguna vez, y ojalá que sí, espero que pueda entender y tal vez enviarme algún consejo.
¡Qué talento señores! No lo pongo en términos de virtuosismo porque algún crítico desaforado seguramente podría objetar cosas que tal vez a mí se me escapen (igual no me importan). ¡Pero qué laburante del escenario! Humor, inteligencia, carisma, versatilidad, dominio de temas, cultura general…Mónica tiene un mundo propio tan rico e inabarcable como el mundo en el que transitamos los mortales. Pero un mundo que siempre está cerca del público, que le guiña el ojo, lo incluye, le muestra su mejor y su peor cara. ¿Cómo no sentirse interpelado?
Arrabalera, El club de las bataclanas, Dolly Guzmán no está muerta, Limosna de amores, y en breve, en el Centro Cultural Caras y Caretas de Buenos Aires (si no entendí mal la info), El sistema de la víctima. Seguro se me escapan muchas obras que desconozco, en tantos años de carrera…pero estas son las últimas, y todo en tan poco tiempo…
Ella dice que siempre se puede, que el dinero, por ejemplo, no tiene que ser obstáculo, que desde que dejó un trabajo seguro treinta años atrás, no le queda otra más que trabajar de esto, que es su apuesta…
Claro, pero no sólo por eso, pienso. Porque tiene un talento ENORME, una voluntad y pasión arrolladoras. Sus días de depresión, que seguro los tendrá, los imagino como un depositario de sus ideas más brillantes, algo así como el “nada se pierde, ni una depresión, hagamos algo con esto”…que sé yo…Es asombrosa esta mujer, esta trabajadora de los escenarios, esta actriz que volví a encontrar (no me acordaba), al ver El hijo de la novia (hace de la enfermera de Norma Aleandro), pocos días atrás.
Mónica es una sola, pero en ella conviven tantas...La imagino al acostarse, saludando de a una a todas las que tiene dentro: las más raras, las sentimentales, las revolucionarias, las drogadas, las impredecibles, las miserables…todas son ella, pero en realidad –y que quede claro, señores- Mónica Cabrera hay una sola. De todos modos, si se multiplicasen, harían un gran bien a la humanidad. ¡Gracias Mónica! ¡A tu salud!

Nota 1: El domingo, con Vero -su asistente rafaelina y amiga personal-, su familia y otros compañeros de teatro, la pasamos muy bien inventando frases con Miserable Alí (personaje de Limosna de amores por demás de miserable)…etc, etc, etc. Es bueno que Mónica sepa que después de verla, uno se queda con algo. Y el domingo nos quedamos con Miserable Alí y todas las variantes posibles que nos regalaron risas por un buen rato.

Nota 2: La foto es de una nota de Diario La Nación, y pertenece a su obra Dolly Guzmán no está muerta.

1 comentario:

  1. Gracias Milli. Primera vez que lo leo. Es más de lo que se puede esperar, ser inspiración para otros artistas y alivio para los espectadores. Ya nos veremos. Cariños para todos. Mónica Cabrera.

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